Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs)
Comprar, usar y tirar; repetir el ciclo nuevamente. Ese suele ser el destino de los aparatos eléctricos y electrónicos que nos rodean. Una vez que ya no es posible repararlos o el paso del tiempo los vuelve obsoletos y caen en el desuso, los desechamos sin pensar demasiado en qué será de ellos: “ojos que no ven, corazón que no siente”. Pasan a ser problema de otro: del recolector de residuos, de la persona que lo recoge en la calle, de no-sabemos-quién. Como por arte de magia, esos aparatos que alguna vez nos rodearon, desaparecen, para dar paso a nuevos y mejores aparatos, que en su momento también desaparecerán. Ahora bien, ¿sabés lo que sucede con esos Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAAEs) una vez que ya no son tu problema? En realidad, pasan a ser problema de todos, especialmente de las generaciones futuras.
En Puro Scrap estamos 100% alineados y comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sustentable planteados 2030 por la ONU de cara al 2030. Por ende, y porque nuestra tarea diaria como gestores de residuos no orgánicos nos coloca en el ojo de la tormenta, nuestra misión es lograr una gestión sustentable de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Los RAEEs, lejos de desaparecer una vez que abandonan los hogares de los usuarios, pasan a acumularse en los vertederos – forman parte de una problemática creciente y preocupante.
Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs) – La situación actual
En 1920, el mundo contaba con 1.20 billones de personas. Es una montón, ¿verdad? Tan solo 100 años más tarde, ese número se multiplicó por 4: somos nada más y nada menos que 7.50 billones de humanos. Para 2030 habremos pasado los 8 billones de humanos: una masa creciente de seres que aprovechan los recursos que los rodean sin prestar demasiada atención a lo que sucede a su alrededor. 8 billones de amantes de la tecnología que colaborarán de manera consciente o inconsciente a que los basurales rebalsen de RAEEs.
Desde aparatos pequeños como los celulares, hasta elementos enormes como las heladeras, los RAEEs tiene cada vez menos tiempo de vida útil a medida que la tecnología avanza y son cada vez más los usuarios a satisfacer. De hecho, los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos representan el flujo de desechos con más crecimiento a nivel mundial. China, dada su gran cantidad de habitantes, es el mayor productor de RAEEs a nivel mundial con 10 mil toneladas al año. Sin embargo, los mayores productores de RAEEs per cápita son Europa (con Noruega, el Reino Unido y Francia a la cabeza) y Estados Unidos, con 16,2 y 13,3 k de residuos electrónicos producidos al año respectivamente.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos no desaparecen, se apilan.
Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs) – Una problemática multifactorial
Quedó claro: los RAEEs representan un desafío apremiante para la sociedad entera. Ahora bien, ¿de qué tipo de desafío estamos hablando? ¿Representan un problema en materia económica, social o de seguridad ambiental? La respuesta es clara: los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos son un reto económico, social y ambiental.
El impacto económico de los RAEEs
En 2019, la ONU publicó un informe en el que se instaba a considerar el impacto de los RAEEs desde la óptica de la economía circular. El dato estrella de ese informe, que disparó la recomendación del organismo internacional, era la cifra de 62,5 mil millones de dólares en producción anual de desechos electrónicos.
“La economía circular surge como una alternativa, una forma de considerar la producción y el consumo de manera holística a partir de una propuesta regenerativa. La economía circular promueve un uso eficiente de los recursos y de la energía, reduciendo la extracción de materia prima, extendiendo su vida útil al máximo y aumentando la producción, a partir de ideas innovadoras y tecnologías que lo posibiliten. Dicho de otra manera, es una forma económica donde el material y la energía circulan, reduciendo la influencia de la actividad de los seres humanos en el medio ambiente. “
“El camino hacia la Economía Circular y los ODS” – Red Argentina del Pacto Global
De un total anual de desechos electrónicos de 50 millones de toneladas, 6 kg por habitante del planeta, menos del 20% se recicla. Las cifras hablan por sí mismas: se trata de una gran pérdida de materiales naturales escasos y valiosos. Por ejemplo, aproximadamente el 7% del oro existente en el planeta podría estar contenido en desechos electrónicos. Hay 100 veces más oro en una tonelada de teléfonos celulares que en una tonelada de roca con oro. A nadie se le ocurriría tirar un anillo de oro a un basural, pero eso es exactamente lo que estamos haciendo, a una escala muchísimo mayor. Otros minerales valiosos en los RAEEs son: plata, cobre, platino y paladio. La economía circular implica reciclar y reaprovechar ese tipo de materiales en los desechos electrónicos.
Además del valor económico de los materiales valiosos y escasos de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, el modelo de economía circular aplicado a la gestión sustentable de estos residuos traería una gran cantidad de puestos de trabajo.
El impacto social y ambiental de los RAEEs
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos afectan negativamente al medio ambiente y a quienes habitamos la Tierra, por lo que ambos aspectos, el social y el medioambiental, están indefectiblemente relacionados.
Los RAEEs más antiguos tenían gran cantidad de sustancias nocivas que eran peligrosas para la salud humana si no eran tratadas adecuadamente: televisores antiguos cuyos tubos catódicos estaban revestidos en plomo o placas de circuito con cromo, además de sustancias como el cadmio y el mercurio. Asimismo, este tipo de sustancias puede contaminar las cadenas de suministro de alimento y las fuentes de agua.
Una práctica común en los países en desarrollo se trata de reciclar los residuos electrónicos con una técnica básica que consiste en quemar el plástico de los productos electrónicos que dejan metales valiosos. Este tipo de trabajo también puede consistir en fundir plomo en macetas abiertas o disolver placas de circuito en ácido. Es habitual que ancianos, mujeres y niños participen de esas prácticas de reciclaje precario y queden expuestos a inhalar sustancias extremadamente tóxicas.
Hasta un 30% de la mano de obra del reciclaje informal está compuesta por mujeres y niños. Aquellas mujeres embarazadas que estén expuestas a las sustancias nocivas liberadas en el tratamiento irregular de RAEEs pueden sufrir abortos espontáneos, mientras que sus embarazos pueden resultar en niños de bajo peso al nacer o con malformaciones de todo tipo.
Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs) – Hacia un consumo responsable
Llegando a esta altura del artículo, es posible que te preguntes qué podés hacer para ayudar a que la problemática de los desechos electrónicos se resuelva. Además de asegurarte de que aquellos RAEEs que vas a desechar sean tratados de manera seria, confiable y sustentable (pista: Puro Scrap hace todo eso y más, llamanos para darle nueva vida a tus electrónicos o para reciclarlos de manera responsable), podés revisar tus hábitos de consumo.
El consumo desmedido de RAEEs afecta negativamente al medio ambiente. Cada producto electrónico que se fabrica deja una huella de carbono determinada que contribuye a los aumentos de temperatura causados por el calentamiento global. Se emiten 10 toneladas de CO2 por cada tonelada de notebooks producidas. La emisión de carbono es mayor durante la producción del equipo, o sea, antes incluso de que llegue a manos de cada usuario.
Como consumidor, es importante que te eduques acerca de cómo son producidos por equipos que elegís comprar: consumí, en lo posible, marcas que utilicen materiales reciclados. Si, además, ofrecen servicios de recolección y reciclaje de sus productos, tanto mejor.
Los residuos electrónicos han llegado para quedarse. Nunca más viviremos en un entorno libre de aparatos eléctricos, por lo que es imperativo que alcancemos una gestión de residuos sustentable, con una fuerte impronta social y una responsabilidad ambiental marcada. ¿Nos acompañás en este desafío? ¡Te tomamos la palabra!